Tarta Tapir

Mi amigo Guillermo cumplió 5 años... ¡cómo pasa el tiempo!

Siempre me ha sorprendido cómo desde bien pequeños los niños muestran aquello que les interesa, cómo la balanza se decanta de un lado, y cómo influye la genética en los primeros años de vida, para ir moldeándose posteriormente con la actividad social, para ser al final los adultos en los que nos convertimos.

En el caso de Guillermo me fascina la sabiduría de este niño, la seguridad con la que habla y cómo si quieres hablar de animales con él tienes que haber estudiado con la wikipedia mínimo un mes antes, porque es capaz de desmontarte en un segundo tu discurso y sobre todo si se trata de un animal tan atípico como el TAPIR.

Una tarta tapir, sí señores, esto hice... y ahora decidme que no habéis cambiado de ventana y abierto el google para buscar cómo es un tapir jajajaja.

No busquéis más, no hay fotos de un tapir blanco y negro y acostado que es cómo lo quería él, así que tuve que tirar de recursos e imaginación. Jugué con el bizcocho para poder conseguir la forma que se intuye que este animalito tiene al descansar. Además la trompa fue un reto porque en mis tartas me gusta que todo sea bizcocho y relleno, que al fin y al cabo es de lo que se trata, jugar con el bizcocho, el chocolate y el fondant y conseguir una forma que no hubieras pensando que se podía hacer.

Como el cumpleañero quería que fuera blanco y negro, por dentro también lo hice así, un bizcocho de chocolate negro y otro de mantequilla, todo cubierto por ganaché de chocolate con leche, un escándalo.

Aquí os dejo una imágen del detalle del cuerpo para que veáis las marcas que le hice para señalar el pelo característico que tiene

Y en esta foto de la cabeza se observa el corte de la trompa, y lo más importante, estuve estudiando las fotografías para ver dónde vivía y el hábitat en el que se movía, no quería dejar al animal apoyado en el césped y que luego Guillermo me dijera que era imposible encontrar a un tapir en las verdes campiñas de Irlanda ;-) así que lo apoyé sobre una zona de tierra que no es más que galleta speculoos (una de mis preferidas) agarrada con más chocolate a la base.